Páginas

martes, 15 de octubre de 2013


                                 
  Reflexiones.


El grado de felicidad y también de desarrollo de un niño no se mide por si tiene más o menos juguetes, estos son solo objetos que podemos desear mucho (como yo deseaba tener una muñeca) pero solo son objetos… En mis tiempos,  las familias eran numerosas, padres abuelo e hijos, incluso algún tío y sobre todo,  tía, hasta que se casaban, vivían en la misma casa, las mujeres no podían emanciparse, salían de casa para casarse. Los juegos con mi tía los recuerdo mucho, él veo-veo, el escondite, las adivinanzas y algún otro que un día contaré por qué hay que ponerse en contexto. ¡Recuerdo la ternura conque  me cogía mi abuela, sobre todo cuando hacía frío y yo llegaba tiritando, me decía:! Criatura, estás helada!  y me apretaba  en su regazo hasta que entraba en calor, esto hacia que a pesar de todo fuéramos felices. (el calor humano)
 Este afecto, esta ternura, a pesar de las necesidades, nos dio un equilibrio muy importante para nuestro futuro. Mis recuerdos de infancia hacen que haya olvidado las carencias materiales y me haya sentido siempre querida.
Tengo setenta y cinco y dos nietos que tienen muchos juguetes, pero estoy segura de que lo pasarían muy bien jugando como lo hacíamos nosotros, un juguete no es la felicidad, pero puede hacerles felices más si es compartido. En Reyes soñábamos con regalos que nunca llegaron pero nunca perdimos la ilusión.

2 comentarios:

  1. Que bonito este mensaje...me ha encantado! Y cuanta razón hay en él...hoy me dejaste sin palabras.

    ResponderEliminar
  2. "ríete...ríete... pero hoy me he emocionado"

    ResponderEliminar