Emilio Del Pon con una sobrina
Muchas personas no podían ir de vacaciones, mis padres no fueron nunca, pero eran buenos anfitriones.
Esta imagen es de los años sesenta, los familiares que venían de la ciudad disfrutaban de la naturaleza también las comidas que eran buenas de verdad, la matanza y los productos recién cogidos del campo hacían que la comida más sencilla fuera un manjar.
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