En las largas noches de invierno las veladas al calor de la lumbre daban para hablar de muchas cosas.
Eran interesantes las historias que contaba la abuela, en su infancia no la dejaban ir a la escuela por lo cual no sabia leer ni escribir, decía su padre que las mujeres si aprendían era para escribir a los novios, pero era inteligente y aprendió de la vida. No sabia de números pero lo que se decía "la cuenta la vieja" sacaba hasta el ultimo céntimo.
Hubieron dos historias que me quedaron muy grabadas, el niño de la intrusa y la huerta arrastrada por el río Cinca.
Los abuelos solo tuvieron hijas, en aquellos tiempos que eran muy difíciles habían familias que criaban niños que sacaban de la intrusa, luego ayudaban con las tareas del campo, eran como hijos pero no tenían el apellido de la familia eran ( Expósito) de apellido. En casa sacaron un niño para criarlo se llamaba Braulio, si no recuerdo mal tenia mas o menos la edad de mi madre,no se si era el caso pero había familias que lo hacían con miras a casarle con la heredera.
Todos estaban felices hasta que un día se presenta una pareja con papeles para llevarse al niño, Braulio no quería irse decía que aquellos no eran sus padres que eran Emilio y Josefina. Como venían con la ley tuvieron que entregarles al niño, Braulio lloraba, no quería irse tubo que acompañar los hasta Escanilla una vecina.
Por el camino la pareja comentaba que si hubieran sabido que estaba tan bien no hubieran venido tan pronto, tenia diez años, la abuela decía que si el niño hubiera sido mas grande no se hubiera ido.
Nunca mas supieron de el y eso les causo dolor durante bastante tiempo.
Otra historia que me dejo huella fue esta que explicaba la abuela. Un día cuando el río Cinca bajaba una gran riada, desde la era de Lecina miraban asustados, después de muchas horas de vigilancia tuvieron que ver como el río arrastraba la mejor finca de regadío que tenían, solo una pequeña parte quedo cortada con una margen de unos cuantos metros. " Se perdió para siempre " y eso les causo un gran dolor, no se por que razón me quedaron tan grabadas estas historias porque de esto no se hablaba demasiado, esto paso antes de que yo naciera.
La abuela dejo mucha huella, por su carácter siempre alegre, muy trabajadora yo recuerdo que le decía "Yaya"cuando descansamos y ella me decía "Ya descansaremos cuando nos muramos " .
Una vez me dio una bofetada, me dijo que hiciera algo y yo dije un taco que solo podían decir los hombres. "No te...siempre tengo yo que hacer todo"al tiempo que me recrimino "Plas" me dio una bofetada que me dejo sin palabras pero creo que lo hizo perfecto.
AHORA ES DIFICIL VIVIR ESTAS VELADAS " LA TELE OCUPA UN ESPACIO"
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