Recuerdo sobre todo la primera vez que fui a Clamosa, bastantes años después de que el pueblo quedara des habitados. Habían ido mis hermanos algunos años antes, cuando la forma de llegar era por un camino o mejor, una senda desde Pano. Yo dije que cuando fuera había de ser en coche, bastante había pateado aquellos caminos. Bueno, pues años mas tarde hicieron la pista y llegamos con el coche hasta la misma plaza del pueblo, lo que no se había podido conseguir cuando estaba habitado.
Ese día no era consciente de lo que hacia, estaba tan feliz ,los recuerdos me superaban, subía por las rocas que vemos detrás del pueblo como una quince añera, yo iba delante me sabia aquello de memoria allí me encontré con una ardilla que me recordó cuando de niña corría para cogerlas, no tardo en desaparecer, pase por todas las rocas hasta llegar donde eran las ruinas del castillo, a la derecha de la imagen, allí contemplamos el paisaje, luego recorrimos las calles y entramos en casa entramos en las habitaciones, las cuadras la bodega, lo que había quedado en casa había desaparecido, solo un cuaderno y una cazuela pequeñita donde nos hacían las sopas ervidas cuando eramos pequeños, corrimos las calles del pueblo,entramos en la Iglesia no pudimos entrar en la Virgen de la Esperanza ,estaba con una cadena y un candado.
Esta vez las casas aun se podían visitar por dentro, aunque daba miedo por las grietas. Fue un día bonito con la familia y ninguna de las visitas que hemos hecho luego, he sentido la misma emoción.
Si visitan Clamosa hay dos cosas que no podemos olvidar, comida y agua, las fuentes han desaparecido.
Es bonito recordar
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