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domingo, 17 de noviembre de 2013

Niña traviesa

Que bonita es la niñez...

Con frecuencia recuerdo aquella etapa. Yo soy la mayor de cinco hermanos, creo que eso me  condicionó
de manera positiva. Me gustaba ser niña, pero me gustaba jugar con los chicos y como los chicos; igual que hacía trabajo de cualquier tipo incluso en el campo (según la edad) también quería jugar a pelota, a la rueda,
tirarme por una losa pendiente que hacíamos servir de tobogam, cazar pájaros con trampas, subirme a los árboles, por placer ó para coger nidos... (Claro que también me caía) como los chicos.

Un día me subí a un árbol para coger un nido que tenia pajaritos pequeños, cuando ya estaba en el suelo contemplándolos vino la madre piando y revoloteando, me dio pena y subí con el nido para ponerlo en su sitio, cuando me disponía abajar resvale
é cayendo de una altura de unos  dos metros y encima de una roca. El resultado un corte en la barbilla de unos tres centímetros, (lo mínimo que me pudo pasar) apreté la barbilla con la mano porque sangraba, el corte era profundo pero  no eche una lágrima y por supuesto, no dije a mi madre como había sido solo que me había caído, si se lo digo  me gano una zurra. (mi madre ya estaba acostumbrada, esta vez era un poco mas grande) me limpio la herida me puso azúcar y un paño limpio y hasta la próxima.
Allí no había médico (mejor dicho, estaba a cinco horas de camino). Nosotros siempre estábamos lisiados , cuando no era  las rodillas era el brazo o cualquier otra cosa. Tengo varias señales recuerdo de las travesuras de la infancia pero todas en lugares discretos afortunada mente. Siempre estuve orgullosa de ser niña, pero yo quería jugar y trabajar como ellos.

Los recuerdos de la niñez son un estímulo para la edad adulta, si son positivos.





1 comentario:

  1. Me encanta leerte, ... precioso tu historia, y de que eras un poco traviesa, no me queda ninguna duda,jejeje
    Besitos!!!!

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