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sábado, 24 de febrero de 2024

EN CLAMOSA

               CASA EL PON, NUESTRA CASA.                                                                                                 Esta es la fachada de nuestra casa, el tejado y la chimenea han desaparecido,                                              al fondo la ventana de arriba era el conejar, abajo a la derecha la cocina y a la
    izquierda, la ventana de la recocina, el horno, el agua, la vajilla y el fregadero.

                                             EL EMBALSE VISTO DESDE TORRECIUDAD

   Ahora que nos estamos haciendo mayores, se complica un poco el poder visitar el pueblo donde transcurrió nuestra infancia y parte de la juventud, la pandemia nos ha llenado de miedos y nos ha hecho más prudentes, la semana pasada estuvimos de celebración y cuando nos reunimos hay un tema de conversación que sale de una manera u otra sobre cosas de Clamosa, todos nos pusimos de acuerdo en ir un día en verano, pero ya es difícil que podamos reunirnos toda la familia.                                               

Agosto es mes de vacaciones, pero hace calor, los mayores no es prudente ponerse por una pista que no se sabe como estará, hemos ido varias veces, una de ellas llevábamos un señor, de unos ochenta años, comimos en el campo de Torrocella muy cerca de la ermita de la Esperanza todo muy bien, pero empezaron las bromas, el señor quiso hacer una demostración de lo bien que estaba, quiso hacer el pino, cayó para tras y se hizo daño en cervicales, así que tuvimos que coger el camino hasta Graus y de allí a Barbastro, tenía dolor, pero no fue nada importante.

Otro de los viajes habían cambiado la valla y la llave, esta no la podían dejar, nos dijo que en todo caso nos podía acompañar, le tomamos la palabra, fue perfecto, cortó las zarzas para que pudiéramos pasar por la calle y entrar en la casa, solo hasta el patio pintaba mal, pero fue estupendo.

Esta visita creo que fue en 2012, íbamos la familia, unos amigos hijos y nietos, los niños lo pasaron de miedo, pedimos a la forestal si podíamos regresar por Aldea de Puy de Cinca, ella había de plegar a las tres, nosotros íbamos provistos de comida y allí comimos y pasamos la tarde de maravilla.

 

       A VER SI ESTE AÑO LO CONSEGUIMOS, ME GUSTA RECORDAR...



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