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miércoles, 7 de julio de 2021

LOS FRUTOS DEL CULTIVO EN MACETA.


 

                                                    RECOGIENDO LOS FRUTOS

                                                            Brevas y tomates cherri

La planta del tomate en armonía con la higuera

Los cactus no son mis preferidos, pero la novedad es la flor

L
 Los pimientos prometen, pero han de ponerse rojos.



                                    
                                                        Los tomates ya cambian de color.

El trabajo en el campo en mi infancia a pesar de ser duro lo recuerdo con agrado, otra cosa es pensar en ganarse la vida con ello, cuando llegamos a la jubilación tener cosas que nos gustan hacer y que por falta de tiempo no pudimos realizar en nuestros años jóvenes, la verdad es que nos mantiene la ilusión  y nos ocupa el tiempo libre si disfrutamos con ello y hacemos ejercicio perfecto.

Estoy enseñando a mis nietos a ver si les pica el gusanillo y se aficionan, pero no sé si voy a conseguirlo lo que les gusta es coger los frutos y si riegan es a regañadientes, la gente de mi edad  aunque no tuvimos la posibilidad de estudiar fuera de lo que era la escuela teníamos unos conocimientos básicos y prácticos para movernos en el mundo de la época, aprendimos desde pequeños  a tomar decisiones sencillas, pero servían para perder el miedo "el que no decide no avanza" se enseñan conocimientos, pero a mí me parece que hay cosas importantes tan sencillas como lo relativo a los animales y las plantas que son la base de nuestra alimentación que es muy importante en nuestra salud y nuestra economía.

                                                 MI GIMNASIO, MI TERRAZA Y MIS PLANTAS.

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2 comentarios:

  1. En mi época en Clamosa los niños nacían en casa.
    Nosotros fuimos cinco hermanos y todos nacimos en casa.
    Hizo de comadrona la Señora Presentación de casa Herrero.
    Mi homenaje y agradecimiento, una gran mujer y excelente vecina.

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  2. Hola Mercedes:
    Muy interesante el reconocimiento y la importancia del oficio de comadrona que haces, que lamentablemente no se recogen en los libros de historia junto a alcaldes, concejales, maestros, ect., ya que su labor era trascendental tanto para la vida de la madre como para el feto, y a la larga del pueblo.
    Una vez más, primaban los títulos “oficiales”, y quizás menos fundamentales.
    De mis cinco hijos, fui el comadrón de tres partos (uno fue de gemelos) en otras montañas.
    Marc, el quinto, fue el único que nació en hospital.
    Como siempre, un cordial saludo.

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